El escenario de una negociación que termina pareciendo más una discusión que un entendimiento entre dos personas no es plato de buen gusto para nadie, y es más común de lo que parece. Pero aquí viene la buena noticia: hay una forma de evitar ese caos y guiar la negociación hacia un terreno más justo y colaborativo. La clave está en usar criterios de negociación, un enfoque basado en hechos, datos y estándares objetivos que, como un mapa, te ayuda a no perderte en el camino hacia un acuerdo.
En este artículo, vamos a desmontar juntos ese proceso que muchas veces parece complicado. Aprenderás qué son exactamente los criterios de negociación, por qué funcionan tan bien y, lo mejor de todo, cómo aplicarlos para que cualquier conversación deje de ser un dolor de cabeza. ¿Te imaginas llegar a acuerdos sin dramas, con más confianza y sin sentir que tienes que ceder más de la cuenta? Si eso te suena bien, sigue leyendo. Lo que viene a continuación puede ser un antes y un después en la forma en que negocias. ¡Vamos a por ello!
Índice
¿Qué entendemos por Criterios de Negociación?
Podríamos decir que los criterios de negociación se han convertido en la columna vertebral de cualquier acuerdo sólido. Se trata de referencias objetivas (como estadísticas, normas legales o estándares de mercado) que guían las propuestas y sustentan las posturas de cada parte. Por ejemplo, si piensas en comprar una casa, no hará falta que discutas por discutir: el “precio promedio por metro cuadrado” de la zona te proporcionará una base común y razonable para empezar a hablar.
Estos criterios han sido la mejor forma de sustituir las opiniones puramente subjetivas por datos verificables. Así ya no tendrás que fiarte solamente de la labia del otro ni sentir que tu oferta es un salto al vacío.
¿Por qué conviene usarlos?
Más allá de sonar técnicos, los criterios objetivos te salvarán de unos cuantos malos ratos. Podrás ver algunas ventajas de inmediato:
- Menos roces y conflictos: Al fin y al cabo, discutir sobre hechos concretos reduce malentendidos.
- Acuerdos más justos: Cuando todos conocen la misma información, las probabilidades de un pacto equilibrado suben como la espuma.
- Decisiones con mayor credibilidad: Al basarse en estudios o prácticas reconocidas, la negociación gana peso y evita sospechas de “te lo has sacado de la manga”.
- Defensa ante decisiones arbitrarias: Los caprichos y la presión del “lo tomas o lo dejas” pierden fuerza si hay referencias objetivas de por medio.
En resumidas cuentas, estos criterios fomentarán un clima de confianza en el que las partes sienten que están jugando con las mismas cartas.
Tipos de Criterios Objetivos
Dependiendo del contexto, te toparás con distintos tipos de criterios. Algunos habituales son:
- Datos de Mercado
Te vendrán bien para fijar precios o calcular tendencias. Si tienes que vender un producto, habrás de revisar el precio promedio que se maneja en el sector. - Legislación y Normativas
¿Hay leyes o regulaciones que afecten la negociación? En un acuerdo laboral, por ejemplo, el salario mínimo legal puede marcar el punto de partida. - Prácticas del Sector
Según la industria de la que hablemos, puede haber cláusulas o condiciones que ya se consideran estándar. En el mundillo inmobiliario, es común ver ciertos requisitos en los contratos de compra-venta. - Estudios y Análisis de Expertos
Informes financieros o consultorías especializadas sirven como base sólida, sobre todo cuando negocias temas complejos, como la adquisición de una empresa o la valoración de activos.
Cómo dar con los Criterios Ideales
Antes de meterte en faena, no estaría mal planificar un poco. ¿Cómo podrías asegurarte de escoger criterios que realmente aporten valor? Aquí tienes algunas ideas:
- Investiga y recopila
Busca información relevante: datos de mercado, estadísticas actualizadas o bases de datos oficiales. Todo lo que evite conjeturas. - Pide opinión a expertos
A veces, un especialista en la materia te despejará dudas y te dirá si vas por el buen camino. - Encuentra puntos en común
Intenta que la otra parte reconozca esos criterios como justos y objetivos para ambos. - Usa herramientas y recursos
Calculadoras en línea, estudios sectoriales… Todo esto te ayudará a cerrar la brecha entre el “yo opino” y el “los datos indican”. - Verifica su relevancia
Asegúrate de que los criterios escogidos tengan sentido para el caso. No te servirá de mucho usar estadísticas de otro mercado o de otra época.
Conclusión
Unos buenos criterios de negociación te harán la vida más fácil cuando debas llegar a un entendimiento con alguien. Ya sea en la oficina, al comprar un coche o incluso en disputas más personales, esas referencias objetivas ofrecen garantías de justicia y transparencia. Así que, la próxima vez que te veas envuelto en una de estas “batallas” dialécticas, aplica lo aprendido y verás cómo el proceso fluye con menos tensiones.
¿Listo para ponerlo todo en práctica y llevarte un acuerdo redondo a casa? ¡Las herramientas están servidas; ahora te toca mover ficha!